Las cápsulas de café y sus problemas medioambientales
El principal problema que tienen las cápsulas de aluminio es medioambiental, ya que estas cápsulas no son reciclables.
Es un hecho que las máquinas de café con cápsulas están totalmente implantadas en nuestros hogares. Cada vez más tiendas venden dichas cápsulas, donde las distintas variedades hacen que los clientes puedan disfrutar de su café preferido de forma rápida y cómoda.
Sin embargo, la polémica siempre ha acompañado a este producto. La mayoría de las cápsulas que se consumen son de aluminio, comercializada por Nespresso, la principal compañía de monodosis. Así pues, muchas voces alertaban de los perjuicios para la salud que provocaba tener un filtro de aluminio en las cápsulas. Pero esto, en principio, no deja de ser un bulo. Según un estudio de la Universidad de Valencia, no hay pruebas de que el aluminio pase al café que bebemos. Aunque esto no quiere decir que el aluminio deje de ser un elemento inocuo.
Así pues, el verdadero problema que tienen las cápsulas de aluminio es un problema medioambiental. Estas cápsulas no son reciclables. Que no se puedan reciclar, hacen que se generen un número elevado de residuos intolerables. Y todo ello daña el medio ambiente. Nuestro país, que es el tercer país del mundo que más cápsulas de este tipo consume, es el que más sufre este perjuicio ambiental.
Hay que indicar que existen ciudades como Hamburgo que han prohibido el uso de cápsulas de café de aluminio en edificios públicos. Así evitan residuos innecesarios. Además, otras ciudades de países como Canadá están valorando implantar la misma medida.
La solución a este problema parece clara: cápsulas biodegradables. Existen ya muchas marcas que venden cápsulas BIO sin aluminio, compatibles con las máquinas Nespresso. Por ejemplo, en Alándalus Club se puede adquirir estas cápsulas de café natural, biodegradables y sin aluminio.
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